“Pensat y fet”. Como dirían por ahí. Así es como nos plantamos Felipe, Iván, Toño y yo en Feldberg. Una pequeña estación de esquí de la Selva Negra, situada en las laderas de la cima que le da nombre.
Tras aparcar, cambiarnos de ropa y ponernos guapos, fuimos a alquilar el material para Toñito y Felipe, ya que para los dos, era “su primera vez”. Y como dicen por ahí, no será su mejor vez, pero la recodaran siempre. Y yo estaré ahí ;-) Por otro lado estábamos Iván y yo. Iván controla el tema del esqui y yo, intento hacer lo propio con el snowboard.
Con este panorama, decidimos que lo más divertido sería tomar Iván a Toño como alumno de esqui, y yo a Felipe como alumno de Snow. Y al final del día, ver que pareja había mejorado más. La cosa prometía.
Y prometió:-) Salimos con el equipo puesto desde el parking(gracias a la tremenda nevada que calló hace unos días(1’5m. sin problema…) y en 5 metros, Toñito fue capaz de meterse debajo de un Jaguar nuevecito. Empezamos bien, pensé, iba a ser un día la mar de divertido.
Tras subir en el primer remonte(una silla desembragable de 6 plazas y acolchadita) nos pusimos a hacer la primera”bajada”. Durante la subida, tuvieron lugar las clases teóricas de esquí y de snow, cada una enfocada a un alumno. Claro, que la práctica…es bastante más jodida, y si a eso le unimos que hacía una niebla del carajo… la cosa estaba complicada. Felipe se hizo pronto con las nociones básicas del snow(gracias a la precisas indicaciones de su “monitor” ;-)) y a Toñito le costó un poco más. Tambien es verdad que Felipe había hecho skate, y que la curva de aprendizaje del Snow, es bastante más sencilla que la del esquí. Pero lo que está claro es que a golpes se aprende. Bueno a golpes, y con un par de huevos. Aunque creo que Toñitos se los dejó en la primera gran güasca que se metió contra la nieve…
A media tarde, y tras dejar a los alumnos practicar un poco sin presión, los dos monitores nos fuimos al otro lado de la estación, a conocerla. Muchos teleskis, demasiados, pero las pistas, aunque cortas, eran muy divertidas. Mención aparte merece la pista FIS, dónde se disputan la prueba de Slalom, y Gigante, de la copa del mundo de esquí, la cual no pudimos resistir la tentación de bajar. Tras hacer algún que otro fuerapista ya tocaba empezar el camino de regreso hasta la otra parte de la estación, dónde nos esperaban Felipe y Toño, preparados para devolver el equipo, mientras tanto a mi me dio tiempo ha hacer una última bajada hasta el mismo coche. Una gozada. Me llamó la atención que lo mejor señalizado de toda la estación, fueran las cervecerías. Entre el impresioannte paisaje lleno de pinos, lo único que te encontrabas eran señales invitandote a ir a esta ó a esta otra cervcecería. Bueno, por lo menos en Feldberg no había gente haciendo "eses" en medio de las pistas con una jarra de cerveza en la mano, como pasa en Austria.
Antes de emprender el camino de vuelta, decidimos parar en un pueblillo a tomarnos una reconstituyente jarra de cerveza(“Rothaus”, como debe ser en medio de la Selva Negra). Que placer.
Ahora ya sólo nos quedaba horita y media de viaje hasta llegar a casa, descansar, y preparar el viajecito al Carnaval de Colonia, que promete ser incluso más divertido.
Saludos y…nos vemos en Köln.
P.D. Una pena que Angelillo se decidiese a última hora y no hubiese sitio, pero a al próxima nos apañaremos de alguna forma. Espero…
P.D.1- Sobre el ganador del concurso “Mira quien baila”, “Mira como me la pego”, digo, “Mira quien esquía/surfea”, el jurado no logró ponerse de acuerdo…la cosa estaba reñida, ¿no?
P.D.2- No, la nieve no era azul marino. Sino que las fotos han salido "tan justitas", debido a que no ajusté bien el balance de blancos de la cámara... Que liada, que liada.